Oda a la quesadilla

Sandra de los Santos 


No vamos a discutir si la quesadilla lleva queso o no porque las quesadillas llevan queso. No hay nada que discutir al respecto (¡Nada, dije!). 
Las quesadillas son un alimento generoso, se hace con poco y es capaz de aliviar el hambre, el corazón o el cuerpo enfermo. Es el primer alimento que se le ocurre a las mamás (ellas son las sabías en esto) cuando una es “peque” y se queja de algún mal menor o solo anda de melindrosa “si no quieres pescado te hago unas quesadillas”. Las quesadillas también sacan del apuro porque cuando no hay tiempo de hacer una comida siempre está la opción de poner queso o quesillo en unas tortillas de maíz o de harina doblarlas y ponerlas a calentar y ¡listo!
Es un platillo que no exige nada porque bien se puede comer con la familia, la pareja, con cualquiera de  nuestros afectos o hasta con los que no lo son tanto. Pueden comerse solas, pero también le viene bien una rama de epazote, un pico de gallo o una infinidad de salsas.
Las quesadillas sirven como desayuno o cena, pero si se guarda un poco del guisado del día anterior y se le agrega  puede darse bien en la comida y nadie se quejara. Por si fuera poco no tienen época del año, igual y se pueden comer con frío o calor. Son tan buena onda que por el maridaje no hay que preocuparnos porque  se llevan rebien con un café de la olla caliente o con un vaso de limonada frío.

Las quesadillas son la neta. 

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