LLAVES ENVUELTAS EN CELOFÁN
Miércoles 21 agosto
Hace un par de semanas, tal vez más, empezó a circular una fuerte campaña promocionando “El juego de las llaves”, producción de Amazon Prime con reparto -casting ahora le llaman- mexicano, y ambientada en la Ciudad de México.
La primera temporada de esta historia -amenazan con darle continuidad- es un nítido ejemplo de un mal coctél:
Buena mercadotecnia: anuncios en televisión y redes, en espectaculares. Todo generando la idea de un producto desafiante y picante.
Buena idea original: En tiempos de poliamor, diversidad sexual e inmediatez en las comunicaciones, la idea sonaba atractiva, una especie de swing entre cuatro parejas amigas y las consecuencias que jugarlo puede desatar. Pintaba interesante.
Pésimo desarrollo de personajes: Trazos incompletos, prejuicios y preconcepciones totalmente Condechi. Inicia con la pareja rica-rubia-élmetrosuslgaydecloset-ellaalfareratipoGhost; luego la pareja con hijos desquiciantes -el guionista seguro no tiene hijos ni idea de cómo son los niños y por eso los presenta como animalitos imparables e irracionales-, él con playeras del Che, pero tan mal dibujado que no llega ni a caricatura de militante-hipster, ella sin personalidad clara, de no ser por su neurosis antihijos.
La tercera pareja, un creativo fachoso y “feo”, casado con la guapa de la prepa, quien “quiere” con el galán rubio de la pareja cuatro, que la forman este último rubio embaucador y su novia milennial-influencer-sugarbaby, que es la artífice del juego de las llaves.
Pésimo guión. Escrito a prisa, sin profundidad. Atascado de ocurrencias y clichés de la peor manufactura.
Es de “lo que venden envuelto” dirían las clásicas. Lástima de mi mes de prueba gratis.
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