26 años después, Tuxtla se llena de colores con la marcha del Orgullo Gay


Sandra de los Santos

Durante la marcha hubo dos madres que estuvieron "regalando abrazos" a las y los manifestantes. Foto: Joselin Zamora.


Del balcón principal del Museo de la Ciudad de Tuxtla salió una enorme bandera que se integró a la marcha. Foto: Joselin Zamora

Foto: Joselin Zamora 

El miedo las hizo salir de su casa, donde se atrincheraron ante el temor de ser asesinadas, pero ese día, el 20 de noviembre de 1993, regresaron a la calle, tomaron la avenida principal de Tuxtla Gutiérrez para exigir al gobierno de Patrocinio González Garrido que se detuvieran los asesinatos contra homosexuales.

Por la avenida central no se podía caminar, eran cientos y cientos de personas que participaron en la movilización más grande que se ha dado en Chiapas de parte de la población homosexual, en ese entonces, solo se definían así.

Las periodistas Candelaria Rodriguez y Gabriela Coutiño estuvieron en esa manifestación y ambas coinciden  que después de ella, la movilización con más  convocatoria para defender la diversidad sexual se dio la tarde de este 28 de junio, pero a diferencia de hace 26 años, esta marcha fue  escandalosa, llena de adolescentes y jóvenes tanto hombres como mujeres,  con música a todo volumen, con cientos de banderas del arcoíris ondeando por donde sea. Diferentes organizaciones y activistas desde hace cinco años organizan esta marcha, pero la de este año fue por mucho la más numerosa. 

Foto: Joselin Zamora
Foto: Ernesto Gómez Pananá.
Foto: Joselin Zamora
Foto: Joselin Zamora


Foto: Joselin Zamora


Foto: Joselin Zamora





Las personas de la diversidad sexual salieron a la calle a gritar su “Orgullo Gay”; ahora quienes se quedaron en casa, escondidos atrás de una computadora fueron las personas homófobas, que sacaron su rabia en las redes sociales; pero la energía de la marcha fluía de manera distinta, muchas personas aplaudieron la movilización, salieron a los balcones, bailaron y cantaron con las y los manifestantes.

El contingente de la manifestación era tan amplio que nunca se logró compactar porque la vanguardia se adelantaba porque iban en bicicletas y a un ritmo más acelerado y la retaguardia venía bailando y caminando más lento. La marcha también fue acompañada de familias completas, que iban con niños y niñas, que se mostraban muy cómodos en el grupo.

Las letras del abecedario resultan insuficientes para enumerar o tratar de describir la diversidad sexual entre las personas integrantes de esta marcha. Aquí las y los manifestantes proclamaron hasta su derecho de que no se les encasille ni como Lesbiana, Gay, Bisexual, Travesti, Transgénero, Transexual, Intersexual, Queer o Asexual (LGBTTTIQA); pero también hay quienes demandaron su derecho a ser nombrados, hacerse visibles, y por eso levantaron su propia bandera, la del orgullo bisexual, por ejemplo, o la del orgullo trans.

Foto: Erwin López.

Foto: Erwin López
Foto: Sandra de los Santos


En los pronunciamientos, que se hicieron de parte de las organizaciones y activistas se exigió a los diferentes poderes y niveles de gobierno que convierta en acciones su discurso de tolerancia y respeto a la población LGBTTTIQA. Al Congreso del Estado le pidieron que apruebe la iniciativa que se presentó para reconocer la identidad de género; exigieron también al Poder Ejecutivo y al Poder Judicial alto a los crímenes de odio por homofobia, acceso real a la impartición de justicia, políticas públicas que garanticen que todos sus derechos serán respetados.  

Durante la marcha hubo varios momentos y personas significativas, que bien, podrían servir para ilustrar lo que se logró este día: las madres que recorrieron de inicio a fin todo el largo contingente para ofrecer abrazos; la enorme bandera del arcoíris que salió del balcón del Museo de la Ciudad para integrarse a la manifestación; el escuchar a muchas voces la canción del “noa-noa” de Juan Gabriel cuando estaba por concluir el recorrido; pero lo que, realmente, se llevó la marcha fueron los cientos de adolescentes y jóvenes que se adueñaron de la avenida central, tanta juventud diversa, tantos y tantas adolescentes gritando con su cuerpo  que no esperarán a mañana para ser aceptados,  que el mundo debe de ser diverso, incluyente, festivo y amoroso, pero debe de ser hoy, en este presente que ya les pertenece.

Foto: Joselin Zamora
Foto: Joselin Zamora



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